El 21 de Diciembre de 2010, día del solsticio de verano, miles de personas en diferentes partes del mundo participaron y disfrutaron del espectáculo que brindó el eclipse total de luna que comenzó a las 3.33 (hora local) para finalmente perderse en el horizonte poco antes de las 5.
En el Planetario "Galileo Galilei", en Palermo, mediante seis telescopios de 152 y 150 milímetros, cientos de personas, en su mayoría jóvenes, vieron un fenómeno natural que, esta vez, coincidió con el solsticio de verano, lo que no ocurría desde hace 300 años.
A las 4.41 hora local se produjo el inicio de la "totalidad", que es la parte central y más impresionante del espectáculo celeste, cuando la Luna queda completamente cubierta por la sombra terrestre. Lejos de desaparecer, el satélite natural quedó teñido de un brillante color rojizo-anaranjado.
Los eclipses, tanto de sol como de luna y especialmente cuando son totales, fueron naturalmente asociados a catástrofes, muerte y destrucción. El origen de estos fenómenos, durante mucho tiempo, fue considerado sobrenatural y, en general, atribuido a las prácticas de espíritus maléficos.
Entre los Incas se creía que el eclipse era una manifestación de una enfermedad lunar y que si ésta se oscurecía totalmente caería y sería el fin del mundo. Para evitarlo hacían en éstas ocasiones todo el ruido que podían con sus instrumentos y azotaban a sus perros haciéndolos aullar de dolor, con la esperanza de que la luna al oír sus lamentos, y porque los amaba especialmente, se despertaría de su letargo.
Los egipcios -que en Ysis adoraban a la luna- festejaban los eclipses con un gran ruido de calderos y tambores. Festejar es un decir, porque lo hacían para impedir que los espíritus maléficos lograsen traer la luna hacia la tierra mediante sus sortilegios. El ruido producido impedía que los malditos cánticos llegaran a ser escuchados por la luna. Los mitos sobreviven aún hoy. En Japón no son pocas las personas que durante los eclipses de luna buscan ponerse a cubierto para evitar los venenos propagados por la enfermedad lunar.
Cuando la luna desapareció en 413 a.c., los atenienses lo vieron como un mal presagio y esto provocó su retraso en la retirada de la ciudad siciliana de Siracusa. Los siracusanos aprovecharon el retraso como una oportunidad para romper el cerco, lo que contribuyó -según algunos historiadores- a la caída de la civilización griega.
Indígenas peruanos apaleando a sus perros |
Es posible que Cristóbal Colón haya utilizado su conocimiento de los eclipses como una forma de dominación sobre los indígenas.
Se ha relatado que en 1504 en Jamaica , en su cuarto viaje, Colón sabía frente a los nativos que un eclipse de Luna se iba a producir, por lo que el navegante les "predijo" la desaparición de la luna. Producido el fenómeno éstos le rogaron que la trajera de vuelta lo que, por supuesto, hizo a su debido tiempo.
tapa del Mensajero Sideral |
Hace 402 años (1609) Galileo Galilei apuntó su pequeño telescopio (Perspicilli) a la superficie de nuestro satélite natural. La Luna estaba en fase y los contrastes entre la zona iluminada y las sombras reveló a Galileo una superficie accidentada, distinta al concepto que dominaba en aquel entonces: el de una Luna perfectamente lisa y esférica. Galileo plasmó el aspecto de la Luna con una acuarela, destacando la numerosa cantidad de cráteres y realizó 5 dibujos más en el transcurso de las siguientes tres semanas. Estos dibujos aparecieron publicados en marzo de 1610 en su famoso, aunque pequeño libro (solo 30 páginas), “El Mensajero Sideral” (Sidereus Nuncius). El descubrimiento galileano más importante dado a conocer en este libro es la existencia de cuatro pequeños planetas (quatuor planetis) a estos "planetas" (hoy satélites galileanos de Júpiter: Io, Ganímedes, Calixto y Europa), Galileo los nombró Medicea Sidera en honor de su protector el Gran Duque Cósimo II de Médici.
Con respecto a lo que observó en la luna afirma Galileo:
acuarelas, del propio Galileo, de lo visto en la luna |
A pesar de su aparente poca importancia el libro contenía revelaciones que correctamente interpretadas eran potencialmente letales para las creencias establecidas. La rugosidad lunar y las manchas solares demostraban que los cuerpos celestes no diferían tanto de la Tierra como se creía entonces, en consecuencia, entraba en crisis la división aristotélica entre un mundo celeste (incorruptible y perfecto) y un mundo terrestre (en el que regían el nacimiento, la corrupción y la muerte).
Al mismo tiempo, el descubrimiento de los satélites de Júpiter reforzaba la idea de que las mismas leyes gobernaban a todo el Universo, ya que el sistema de Júpiter y sus satélites se parecía en mucho al Sistema Solar tal como lo concebía Copérnico. Estos descubrimientos -interpretados en el marco del libro de Copérnico De Revolutionibus Orbium Caelestium- serían el punto de partida de todas las futuras indagaciones de Galileo, pero también el sendero que lo llevaría a su inevitable conflicto con el poder de la Iglesia Católica Romana.
luz cenicienta en la fase nueva |
Leonardo Da Vinci, fue el primero en explicar con toda claridad el fenómeno de la "luz cenicienta", ese suave resplandor grisáceo que completa el fino arco de luz blanca que la Luna muestra durante los días próximos a su fase nueva (la “luz cenicienta” no es otra cosa que luz solar que la Tierra refleja hacia la Luna).Leonardo rechazaba la idea muy aceptada en su época de que la luna reflejaba en su faz perfecta como el cristal las características de la faz terrestre.
Destruyó la idea con un razonamiento simple y contundente: si la Luna realmente fuese una suerte de espejo que refleja la imagen de la Tierra, pues entonces debería mostrar ciertas regiones de nuestro planeta al ubicarse en el cielo del Este, y otras zonas cuando aparece en el Oeste. Pero nada de eso: cuando hay Luna Llena, las marcas claras y oscuras que vemos en ella son siempre las mismas. Por lo tanto, deben ser propias de su superficie. La luz cenicienta lunar es solo el reflejo de un reflejo.
Se dice que no hay nunca dos eclipses de luna iguales. En el momento de producirse el fenómeno puede que el perímetro de la Tierra esté limpio de nubes, que corresponda a regiones oceánicas o a continentales, que haya polvo sobre algún desierto o cenizas de volcanes. Cada uno de estos variables factores produce cambios sutiles tanto la intensidad como en la coloración del suave resplandor "rojizo" en el momento de totalidad del eclipse.
Para los que no pudieron ver el eclipse en vivo y en directo, les propongo visitar mi canal en YouTube. Allí subí un corto video con el audio compuesto con un fragmento del tema Moonchild de King Crimson.
enelaire
Es posible que Cristóbal Colón haya utilizado su conocimiento de los eclipses como una forma de dominación sobre los indígenas.
ResponderEliminarSe ha relatado que en 1504 en Jamaica , en su cuarto viaje, Colón sabía frente a los nativos que un eclipse de Luna se iba a producir, por lo que el navegante les "predijo" la desaparición de la luna. Producido el fenómeno éstos le rogaron que la trajera de vuelta lo que, por supuesto, hizo a su debido tiempo.
yo lo que no entiendo es como, para hecer una broma semejante se comunicaban con los indios? venian a bordo con traductor y todo? DEJEMOSNOS DE especulaciones tontas y maliciosas.