Amsterdam en 1967, Karl Popper sorprendió a los asistentes con su concepción de un tercer mundo o mundo 3, distinto tanto del mundo físico como del mental. Posteriormente ha insistido en
la misma idea en otros trabajos, reunidos en un volumen titulado "Conocimiento Objetivo", así como en su autobiografía, "Preguntas sin Final". Según Popper, una gran parte de la tradición filosófica occidental ha sido dualista, distinguiendo el mundo material de los objetos y estados físicos, del mundo mental o psicológico de los estados de conciencia (mundos 1 y 2).
Pero olvidándose de ciertas realidades que no caen ni en uno ni en otro, como los contenidos objetivos del pensamiento. Esas realidades forman el mundo 3.
- Mundo 1: El mundo de los objetos físicos, materiales y sus diversos estados.
- Mundo 2: El mundo mental, psicológico correspondiente a los estados de conciencia.
- Mundo 3: El de los contenidos objetivos del pensamiento (conocimiento).
Entre los precursores de su concepción del mundo 3, Popper cita a Platón, Bolzano y Frege. Platón había enfatizado la existencia de formas o estructuras abstractas separadas tanto del mundo físico como del mental. Bolzano había postulado la existencia de proposiciones en sí y de verdades en sí, distintas de (e infinitamente más numerosas que) las proposiciones de hecho pensadas o formuladas por alguien, o descubiertas o sabidas por alguien. Frege, finalmente, había subrayado la diferencia entre el acto subjetivo de pensamiento y el contenido objetivo de dicho acto.
Tanto Bolzano como Frege habían rechazado el psicologismo. Y Popper entiende por psicologismo "el descuido o incluso la negación del tercer mundo". Popper alude también a Hegel, pero para distanciarse de él, pues las ideas hegelianas son ideas de una mente o espíritu, mientras que el mundo 3 popperiano es un mundo de ideas objetivas que no están en mente ninguna, divina ni humana, sino precisamente en un mundo aparte y propio, el mundo 3.
En otros escritos Popper incluye explícitamente en este mundo 3 a toda la cultura que comprende tanto el lenguaje, por un lado, como las relaciones sociales, las instituciones, las herramientas y el arte, por el otro.
Es esencial a las convicciones popperianas acerca de la objetividad del conocimiento la autonomía del Mundo 3, respecto de todo lo que hay incluidos los seres humanos. El Mundo 3, para su inventor, es tan real como el Mundo 1 o el 2, pero completamente autónomo de ellos. Sin embargo, los ejemplos que da y sobre los que apoya sus afirmaciones, provienen de la aritmética. Una vez inventadas estas entidades adquieren vida propia e independiente del investigador en el sentido de que presentarán propiedades y relaciones que surgen como consecuencia lógica inevitable de su existencia. Por ejemplo, la propiedad de par e impar de los números naturales, no es una creación humana sino una consecuencia inevitable de la existencia misma de estos números. Popper no aclara como podría extenderse esta autonomía del mundo 3, que parece aceptable para el caso de los números, a entidades culturales tales como instituciones y relaciones sociales. A Popper le es indispensable la autonomía porque de ella depende la objetividad, de aquello que, en su origen, es completamente subjetivo, un invento o creación libre de la mente humana. Esta autonomía los transforma en objetos de conocimiento, tan independientes de nosotros como el teclado que estoy utilizando para escribir estos comentarios.
EN CONCLUSIÓN:
El concepto de Mundo 3, tal y como lo desarrolló Popper aparece desdibujado, como entre tinieblas. No sabemos qué es lo que abarca, si toda la información o sólo la cultura, o sólo el lenguaje, o sólo el contenido de los libros escritos, las teorías propuestas respecto de los mundos 1 y 2 o los problemas surgidos en torno de hechos relevantes en relación a ellas.
enelaire
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